Pizarra cuenta en la actualidad con tres cofradías encargadas de coordinar los desfiles procesionales durante la Semana Santa: la Cofradia de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Dulce Nombre y El Santísimo Cristo del Perdón (reorganizada en 1991), la Cofradia de María Santísima de los Dolores y Misericordia (reorganizada en el mismo año que la anterior) y la Muy Antigua y Venerable Hermandad Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, Santo Cristo de la Vera Cruz y Ánimas y Nuestra Señora de la Penas (reorganizada en 1995).

Según nos cuentan las antiguas crónicas, ya en el siglo XVII se tienen noticias de la existencia de las hermandades de las Ánimas (rendía culto al Cristo de la Vera-Cruz que era a su vez transformado en Yacente por las articulaciones que poseía en sus brazos) y la de los Dolores. Un poco más tarde se fundaría la del Nazareno.
 En el interior de la Iglesia se llevaba a cabo la representación de los Pasos en vivo o la Pasión, como también se les denominaba entonces. Dichas representaciones eran realizadas por feligreses vestidos con indumentarias de la época, tapando sus rostros con caretas.
 Con anterioridad a los sucesos de 1931, tenían lugar unos sencillos cortejos con las imágenes pasionistas. Eran portadas en austeras andas con horquillas. El Jueves Santo salía en procesión Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores bajo palio, recorriendo la parte baja del pueblo. El Viernes, por la mañana, recorrían la parte alta y la Virgen procesionaba sin palio. Ya por la tarde, y tras la ceremonia del “descendimiento”, salía la comitiva con el Santo Entierro y la Virgen de los Dolores. De madrugada, la procesión de la Soledad, a la que acudían sólo mujeres. Hacia mediados de los años veinte, el Nazareno estrenó túnica (hoy conservada) y se incorporaron a los tronos o andas instalaciones de gas.
 En mayo de 1931, la parroquia de San Pedro es saqueada, perdiéndose prácticamente todo su patrimonio. Este hecho hizo que se resintiera el movimiento procesionista en nuestra localidad, ya que se tenía que comenzar de cero, recuperando lo que se perdió. En aquellos tiempos de gran dificultad, la Casa de los Condes de Puerto Hermoso colaboró en gran medida para devolver a la iglesia lo mucho destruido.
 Hasta el año 1965, se procesionaba sólo la Virgen de los Dolores, estando integrada en su organización por mujeres. A partir de esa fecha, sale el Crucificado del Perdón en Vía Crucis y la Virgen de los Dolores en las andas de la Patrona.
 Al año siguiente, se incorpora al cortejo el Nazareno y en 1967 se adquiere la imagen del Santo Entierro (que procesionará por primera vez tres años después), estrenándose nuevos tronos procedentes de Écija, excepto el del Santo Entierro que fue hecho en los talleres de los Hermanos Espinosa, siendo así el único trono hecho en Pizarra. Ya en la década de los ochenta se fusionan en una sola Hermandad el Nazareno, la Virgen de los Dolores y el Cristo del Perdón, mientras que el Santo Entierro sigue su andadura procesional en solitario, apoyado por un grupo de vecinos y vecinas.