Pizarra acoge la Mesa Comarcal de Coordinación contra la Violencia de Género
La reunión se ha celebrado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento y se ha contado con la presencia de técnicos/as de toda la comarca
Esta mañana se ha celebrado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Pizarra la mesa comarcal de coordinación contra la violencia de género. La reunión, con un marcado carácter técnico, ha comenzado con el saludo del alcalde, Félix Lozano, la vicepresidenta de la Diputación de Málaga, Ana Carmen Mata, y la concejala de Bienestar Social, Mariola Vergara.
La jornada de hoy se ha centrado en tratar el problema de la sumisión química que se utiliza como instrumento en violencia sexual. La doctora Carmen Agüera, que es médica adjunta a la Unidad de Género del Hospital Costa del Sol, ha sido la encargada de ofrecer una conferencia sobre este asunto. Según ha contado, es frecuente que hombres suministren sustancias como burundanga a mujeres para anular su voluntad y poder abusar sexualmente de ellas. Los efectos de este alcaloide tropánico duran en torno a una o dos horas y posteriormente se elimina de manera lenta.
¿Qué es la sumisión química?
La sumisión química es la anulación de la voluntad de una persona por medio de sustancias químicas. Se busca sedar a la víctima o mantenerla consciente pero incapaz de tomar decisiones con el objetivo de causarle un daño. Es común que este daño sea una relación sexual no consentida, pero no tiene por qué ser así: puede buscarse, por ejemplo, robar a la víctima o conseguir que firme documentos. Se trata de una modalidad de agresión que está recibiendo últimamente mucha atención mediática, médica y jurídica: en España se introdujo en el Código Penal en 2010.
¿Qué es la burundanga?
La burundanga, también llamada escopolamina, ha resultado ser la sustancia psicotrópica perfecta para los agresores, pues provoca un automatismo en el cerebro de la víctima causando un estado de sumisión ante cualquier orden. De este modo, algunos delincuentes y agresores sexuales suministran el fármaco a la persona que desean robar, violar o incluso asesinar. Una vez consumido, la víctima queda totalmente desprotegida.
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